Los 10 castillos más bonitos de Alemania

El castillo de Neuschwanstein es un impresionante palacio neorrománico del siglo XIX

La estructura, que ya de por sí es toda una maravilla, se alza imponente en una colina rocosa, cerca de la frontera con Austria. No es difícil entender por qué sirvió de inspiración a Disney para crear el parque temático de Magic Kingdom. Como cabe esperar por su entorno idílico y su magnífica arquitectura, es uno de los castillos más visitados de Europa. Las visitas guiadas duran unos 35 minutos, pero conviene llevar calzado bueno y estar a punto para subir un montón de escaleras. Por desgracia, no se permite sacar fotos en el interior del castillo.

El castillo de Hohenzollern, construido a mediados del siglo XIX sobre las ruinas de dos castillos, se alza imponente en la cima del monte Hohenzollern, en el sudeste de Alemania. La arquitectura de la entrada es de corte militar, mientras que la zona palaciega está decorada en un estilo neogótico. La ornamentación del interior destaca por su espectacularidad, al igual que las vistas del entorno. Si dominas el alemán o el inglés, te sugerimos que te unas a una de las visitas guiadas que se organizan a un precio muy módico. Además, el castillo cuenta con dos restaurantes y varias tiendas de recuerdos.

Aunque se encuentra parcialmente en ruinas, el castillo de Heidelberg es un majestuoso edificio construido en la ladera norte del Königstuhl desde el que se puede disfrutar de unas vistas magníficas al casco antiguo de Heidelberg. Al estar construido en arenisca, sus colores cálidos ofrecen un bonito contraste con el verdor del bosque que lo rodea. Este bonito castillo, uno de los primeros edificios palaciegos del Renacimiento alemán, se caracteriza por las espléndidas estatuas que decoran la fachada del edificio Ottheinrich. En las instalaciones también encontrarás el Museo Alemán de la Farmacia, un restaurante y un bonito jardín. Si te apetece visitar el interior, te sugerimos que te unas a una visita guiada, disponible en alemán y en inglés.

El castillo de Schwerin es una residencia palaciega de carácter majestuoso y muy pintoresca que se halla en una isla en el lago del mismo nombre. Durante su larga historia, que se remonta al siglo X, se reconstruyó en diversas ocasiones. Hoy en día, es la sede del parlamento del estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, aunque gran parte del interior del edificio, bellamente decorado, se ha reconvertido en museo. Hay audioguías disponibles en varios idiomas. Justo al lado del castillo también encontrarás algunos restaurantes.

En este entorno incomparable, Martín Lutero tradujo el Nuevo Testamento al alemán, lo que explica la enorme importancia histórica de este lugar. El castillo de Wartburg es un imponente edificio situado en lo alto de un precipicio de algo más de 400 metros. Se construyó entre los siglos XII y XV, aunque los interiores se renovaron durante el siglo XIX, y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No te pierdas en especial el museo que alberga, con una interesante colección de arte. Vale la pena unirse a una visita guiada, disponible en varios idiomas. Además, aquí también encontrarás una variada oferta de opciones para comer, adaptadas para todos los bolsillos.

El palacio de Zwinger es una majestuosa estructura situada al norte del casco antiguo de Dresde. Antiguamente, los órganos de justicia de Dresde lo usaban como galería de exposiciones e invernadero, pero en la actualidad se ha reconvertido en un complejo que integra tres museos. Aquí encontrarás la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos, la Colección de Porcelanas de Dresde y el Gabinete de Instrumentos Matemáticos y Físicos. Con su estilo barroco refinado y su extenso jardín decorado con fuentes, es una de las atracciones más populares de Dresde. Sube al bar restaurante de la azotea para disfrutar de las magníficas vistas del palacio y de la zona norte de la ciudad.

El castillo de Nordkirchen, también conocido como el "Versalles de Westfalia", se construyó a principios del siglo XVIII, casi un siglo después que su homólogo francés. Está ubicado en el centro de un parque de 170 hectáreas y se trata del complejo y, por extensión, del castillo más amplio de la zona. Aunque el interior solo se puede visitar con cita previa, puedes pasear por sus jardines de forma gratuita. En ellos encontrarás un bonito entorno de inspiración barroca e inglesa, un invernadero de cítricos, una faisanería, un laberinto y árboles centenarios. No cabe duda de que recorrerlo es todo un gustazo.

El castillo de Drachenburg fue construido a finales del siglo XIX por el barón Stephan von Sarter al poco de convertirse en noble. Esta impresionante villa palaciega barroca está situada en una colina boscosa con vistas al Rin y, en la actualidad, es de propiedad estatal. El castillo de Drachenburg presenta unos magníficos interiores, numerosas rutas de senderismo por los alrededores y una arquitectura que parece sacada de un cuento de hadas, por lo que visitarlo merece mucho la pena. En la carretera que lleva al castillo encontrarás dos restaurantes.

El palacio de Charlottenburg, antigua residencia real estival, y sus amplios jardines constituyen una de las principales atracciones turísticas de Berlín. En la arquitectura y decoración de este palacio construido a finales del siglo XVII se mezclan los estilos barroco y rococó. No te pierdas el museo y las galerías de exposiciones, puesto que te dan la oportunidad de conocer mejor las dinastías imperiales y reales de Alemania. Además, puedes solicitar una audioguía gratuita en español en el mostrador de recepción. Así no te perderás ningún detalle. Si quieres tomarte un descanso, visita la cafetería de los jardines del palacio. La encontrarás en el pequeño invernadero de cítricos.

Debido a su espléndida arquitectura neogótica, el castillo de Lichtenstein también se conoce como el "castillo de cuento de hadas de Württemberg" (un territorio histórico alemán). Se construyó durante el siglo XIX en la cima de un acantilado de 250 m de altura con vistas al río Echaz y a la localidad de Honau. Para conocer el castillo, actualmente de propiedad privada, se puede contratar una visita guiada de 30 minutos, pero solo está disponible en alemán. No obstante, siempre te puedes apuntar a la visita y leer la información del folleto, disponible en varios idiomas. Muchos visitantes se sorprenden porque el castillo se ve más pequeño que en las fotos y otros tantos lo relacionan equívocamente con el pequeño Principado de Liechtenstein, situado entre Austria y Suiza.