La estancia fue perfecta. Verdaderamente es un B&B de lujo: limpiaban la habitación todos los días, estaba todo nuevo, era silecioso, bien insonorizado, con una atención inmejorable y una localización perfecta, en Corso Vittorio Emanuele II, al lado del Vaticano, y además la calidad/precio era muy buena. Si volvemos a Roma, será a este B&B.