Me gustó la ubicación y la amabilidad de la señora de la recepción, quien en todo momento respondió agradablemente a nuestras necesidades y nos prestó muy amablemente toda la ayuda que solicitamos. Sin embargo, la habitación no reunía unas condiciones adecuadas, dadas principalemte por la naturaleza de su construcción. Ubicado en una "planta baja", en realidad semisótano, el "apartamento" tenía las ventanas situadas en la parte superior de la pared, y daban al suelo de la calle. El sistema de oscurecimiento consistía únicamente en unas cortinas que en absoluto impedían la entrada de la luz, y tengamos en cuenta que en Estambul amanece muy temprano... La otra nota negativa, los ruidos; el mueble de cocina, bajo la escalera de madera directamente, y el techo, de madera. Desde que el huésped de la habitación superior llegaba, cualquier paso que daba resonaba en la habitación. Además, la puerta de la calle daba un portazo enorme al cerrarse, y cualquier conversación en recepción se escuchaba perfectamente. Dormir de un tirón era misión imposible. Por último, aunque tratábamos de ventilarla, la habitación olía a humedad permanentemente, y el techo del baño estaba muy manchado de moho. En cuanto a accesibilidad, inexistente, pero eso en la zona vieja se extiende a las calles, por lo que si una persona tiene problemas de movilidad, no solo no recomendamos este hotel, sino tampoco esta zona de la ciudad. Hizo el apaño y salió bien de precio, pero no posee condiciones adecuadas.