El hotel tiene excelente ubicación, al lado de Alexanderplatz, donde hay estación para viajes al aeropuerto.
El desayuno diverso y buena calidad. La atención , correcta, sin más. Nadie habla español. Habitación pequeña para tres personas , el sofá-cama bastante incómodo. Limpieza sin mucho esfuerzo. En tres días, no hicieron las camas, solo suben el edredón de forma descuidada.
Uno de los días se nos cayeron 100€ en la habitación y lo comentamos en la recepción, parece ser que nadie de limpieza informó de haber « encontrado » nada…en fin…tampoco insistimos… ¿ cómo reclamas algo así?
En general, el hotel , relación calidad/ precio está bien para Berlín.