Fue lo mejor de precio que encontramos y tan solo quince minutos andando del centro (plaza dam). El personal amable, las habitaciones dejan un poco que desear, se escucha el tranvia que para en la puerta por la noche, las ventanas no cierran bien, no entran a limpiar a no ser que dejes el cartel y tan solo te dejan unas toallas encima como para que veas que han estado.