Lo único bueno fue la decoración de las instalaciones. Al llegar al aeropuerto de Palermo llamamos por teléfono a Nino, que nos había dicho que llamáramos al llegar para que viniera a recogernos. Nos dijo que serian 25€ por el servicio “Shuttle” y al llegar dijo que era 25€ por 2 personas, aunque sabía que éramos 4. Fue muy desagradable con nosotros, nada aclarativo y estaba infundadamente enfadado. Al llegar nos dijo que teníamos que pagar una tasa extra de 30€, más de la mitad del precio de la habitación, porque aunque la habitación fuera de 4 personas habíamos puesto solo de 3 personas en la reserva. Nos dijo que no aceptaba tarjeta para cobrarnos el “Shuttle” y el extra, que sumaban ya más de lo que había costado la propia noche en el hostal. Nos indicó luego dónde estaba el desayuno “self-service” y vimos que había ya colocados, la noche anterior, medio-croissant en una bandeja tapada con una cúpula de plástico transparente junto con una cesta con fruta y dos cestas con bollería industrial plastificada individualmente. Había dos dosificadores de cereales pero nunca vimos nada de leche por ningún lado. Había bolsas de té y café soluble y azúcar y edulcorantes. Por último, pan de molde y una tostadora. Una vergüenza dejar el medio croissant ahí toda la noche junto con el resto del desayuno y una muestra de indiferencia total. Lo pero, sin duda alguna, la actuación tan desagradable de Nino.