El personal del hotel es eficiente, dándonos diversas opciones de excursiones con detalles antes de ir y con un trato amigable por su personal una vez allí. Disponen de cambio de divisa en el propio hotel, vasos de agua (de botella) en recepción e incluso una baño para ducharse después del check out (de 1 en 1), lo que se agradece mucho. La calle es similar al resto, aunque algo más tranquila porque es más pequeña, lo que también se agradece y está cerca de los puntos de interés. Dispone de servicio de botones. Las habitaciones están limpias y son amplias. Nos ofrecieron sandía cortada en la habitación como regalo de bienvenida. Las camas tienen muchas almohadas y edredón nórdico y son muy grandes. El aire acondicionado es nuevo y funciona bien. Disponen de bañera con ducha, caja de seguridad fácil de usar y nevera (minibar). El desayuno se hace en la planta 8 con vistas a la ciudad (aunque no sean muy espectaculares). Te preparan las cosas en el momento después de pedir a la carta, además de ofrecerte diversas frutas cortadas según te sientas. Disponen tanto de opciones asiáticas como occidentales y diversos zumos. Podría haber más opciones típicas de aquí, pero en general está bien.