No se por donde empezar! Entras y te encuentras en un paraíso perdido en el caos de la ciudad. El patio es una maravilla, lo primero que notas es el olor a flor de azahar. Luego abres los ojos y es una explosión de colores orientales en un ambiente marroquí de lo más lujoso y simple a la vez. Los sófas, las mesitas, la piscinita típica de los ríads, los pétalos de rosas, las luces, y sin olvidar a Coco (no digo mas para no romper la magia de la sorpresa), hacen que tan solo despues de 5mn, te preguntes como podrás irte de este lugar tan bonito...Las habitaciones son preciosas, amplias, muy limpias, cómodas y llenas de detallitos típicos, el cuarto de baño es una pasada, con productos artesanos, albornoces de calidad, y se duerme de maravilla. El desayuno es perfecto: solo productos frescos de Marrakech. No busques el típico buffet porque seria una gran error. Déjate llevar por los sabores a naranja, especies, dátiles, canela, pan marroquí, tortas, y tantas otras cosas.... Laurence, la dueña del ríad te recibirás los brazos gran abiertos y con una sonrisa que te hará sentir como en casa. Hemos descubierto a una persona maravillosa y nos hemos ido con una amiga más en nuestra vida. Luego viene el trio Choc! Latifah, Saïd y Soufianne dedican sus vidas a que te sientes perfectamente bien en cada momentos. Debes coger las excursiones en privado con Saïd. Gracias Latifah y Soufianne por vuestras sonrisas y vuestro profesionalismo.
Muchas gracias a todos. Volveremos y lo sabéis!