Mala experiencia. Habitación antigüa, papel pintado, muebles IKEA año 1995, lámparas del castillo del Conde Drácula, habitaciones y baño frios, control de temperatura por parte de la dirección del hotel y bajo mínimos. En la habitación había un ventilador de pié y un calefactor de aceite que no funcionaba. Internet de pena, imposible estar mas de tres minutos conectados. Acceso a la habitación a las 14 horas, aun llegando a las 12 no nos permitieron el acceso hasta las 14 horas.