La valoración general del hotel es buena. En cuanto a las habitaciones, la limpieza es excelente y el mobiliario satisfactorio. La cama era confortable y el aire acondicionado funcionaba correctamente. En lo referente al hotel en general, una de las pocas pegas que le encuentro es el tema de las escaleras. Desde la recepción no hay posibilidad de llegar a las habitaciones sin superar un pequeño tramo de escaleras. Lo mismo pasa para llegar al restaurante o para utilizar el ascensor que lleva a la playa. Para personas con bebés es un incordio. La ubicación es muy buena, en primera línea de playa y cerca de todos los servicios. El ambiente general es bueno, pero depende de la suerte que tengas. Nosotros tuvimos la gran fortuna de tener una semana muy tranquila, pero en esta zona de Mallorca no es extraño encontrarse con grupos de extranjeros ruidosos y maleducados, que pueden convertir tu estancia en el hotel en un infierno. El buffet libre del restaurante me ha parecido correcto. Gran variedad y cambios en cada comida. Siempre puedes encontrar varios platos a tu gusto, tanto es postres como en platos. Reponen continuamente las bandejas, por lo que no necesitas llegar el primero para poder comer lo que quieras. En cuanto a las bebidas del todo incluido, no son primeras marcas, pero eso es lo habitual.
En fin, una buena semana de relax. Gracias a todo el personal, sobre todo al de restaurante y bar, por su amabilidad.