El hotel está en un lamentable estado de deterioro. La definición es CUTRE.
La comida pésima, siempre las mismas cosas, pocas y malas. La fruta está pasada, los platanos y los kiwis se deshacen en la mano, no existe al menos un yogur con que llenar el estomago. La comida, lo peor con diferencia. Si se intenta pedir el picinic, vergonzoso. Los horarios de comidas no adaptados a españoles, a las 14.30 y 20.30 acaba la comida y cena y los encargados del comedor recogen las bandejas aunque haya clientes todavia comiendo.
La animación del hotel, decepcionante casi nula, organizan un bingo y algo para niños.
No hay televisión en las habitaciones.
Las habitaciones con muebles viejos, colchas con rotos incorporados, nevera vieja y medio oxidada. La ducha atascada por la cal. Dos días en semana no limpian y por tanto no hay cambio de toallas.
El aire acondicionado en el comedor es que abren las ventanas de un lado y otro, lo mismo donde la supuesta animación. Tampoco hay aire en habitaciones.
Hay dos ascensores, de los cuales uno se averió y nos acabamos viniendo sin que lo arreglaran.
En general una estancia muy decepcionante. Con algunos de los otros españoles con los que hablamos, así como algún portugués, era el tema de conversación. Todos se quejaban y hubo protestas. Es incomprensible que pueda ser un hotel de 3 estrellas.
Es una pena que una isla tan bonita dé tan mala imagen y que unas vacaciones que se suponían agradables hayan sido tan penosas.