El lugar es absolutamente pintoresco una antigua casa conservando su encanto antiguo llena de muebles antiguos u orientales, libros pinturas y fotos, con terraza para desayunar y un hermoso jardín. Muy amables y dispuestos a agradar la habitacion monísima con dosel y todo, con aire acondicionado y mandos para abrir ventanas y persianas, desayuno abundante. Como pegas la puerta de entrada a la casa me ha costado mucho abrirla y hay pocas mesas para desayunar, yo tuve que esperar porque no habia disponibles, tambien vel el problema de que hay que subir muchas escaleras y no hay ascensor no apto pues para personas de movilidad reducida, pero si tuviera que volver a Ravena volveria alli, supercéntrico y sin embargo muy tranquilo y sin un ruido