Precioso y original alojamiento, el hotel solamente ocupa una planta del enorme edificio antiguo hospital. Decoración vintage con mucho gusto, la habitación muy espaciosa y muy bien equipada, también con mini frigorífico.
Desayuno bueno y abundante, aunque se echa de menos la bollería y leche caliente.
A destacar la posibilidad de utilizar la pequeña cocina y espacio para comer.