En general una estancia muy tranquila, si bien la permanencia en el parador durante el día fue escasa, sólo utilicé la habitación para dormir y el servicio de restaurante para la comida del viernes, aprovechando la Ruta del Cocido.
Mi única objeción es que el precio de habitación y servicios hace que sólo sea para contadas ocasiones, no está a la altura del ciudadano medio, pues para ser un hospedaje estatal no puede disfrutar del sus singulares edificios y establecimientos cualquier español de a pie. Quizá, para sólo dormir, no hacer vida en el parador, no merezca la pena tener tan hermosas vistas y cuidadas dependencias, con sólo una habitación limpia y tranquila es suficiente para mis necesidades de hospedaje.