Es sin duda otra Ibiza distinta, lejos de la masificación, la construcción indiscriminada , las borracheras, juergas, etc... de la gente que va a eso.
Es un hotel para ir con niños pequeños, y algo más crecidos, por su situación , alrededores, servicios, y actividades, dudo mucho que se aburran.
La gente del Hotel sencillamente encantadora. Los animadores saben muy poco español, y no consiguen entender mi pésimo ingles, pero también estupendos.
Volveré a este Hotel. La gente extranjera a la que conocimos por lo general repetían ya hasta siete veces en éste hotel.