Ya he estado varias veces en este hotel y siempre repito. Es pequeño y muy sencillo, pero el personal es amable y es muy tranquilo. Está al lado de los museos, en un barrio con muchas tiendas y hostelería. Además, el autobús 397, que te lleva directamente al aeropuerto, tiene parada justo al lado. En general es ideal para ir a descansar por la noche después de un día por la ciudad. Y el precio está bien para lo que valen los hoteles en Ámsterdam.