Se sitúa muy cerca de la catedral, a tan solo un par de minutos. El personal es muy amable, dispuesto a ayudarte en lo que necesites y con la sonrisa siempre presente en su rostro ☺️, hicimos el check in y el check out con el mismo chico, cierto es que por despiste nuestro no sabemos su nombre, pero él seguro que sabe quiénes somos.
Habitación doble con baño privado en la que dispones de todo tipo de detalles que hacen que tu estancia sea "casi" perfecta y voy a explicarme:
cuando pulsas la cisterna aunque sea dándole al botón pequeño que echa menos agua, salpica toda la taza del wáter, así que siempre que entres al baño tu u otra persona harás que el siguiente en sentarse se moje un poco a no ser que levantes la taza del wáter, no tiene importancia pero cuando te pasa varias veces...
Hay una zona común donde puedes jugar al billar,leer, probar unos dulces de un convento mojas que hay allí en la barra...etc
Felicidades por este lugar tan característico pero a la vez tan guay!! Y por supuesto el personal de 10!!