Es un hotel muy cómodo, situado a diez minutos a pie de la estación de trenes Milan Centrale. Está en una calle tranquila, sin ruido, cerca de dos estaciones de metro, que permiten acceder rápidamente al Centro Histórico y a las principales atracciones turísticas de la ciudad. A poca distancia está está el Corso Buenos Aires, un distrito comercial muy animado y con tiendas de diversa calidad y precios. Las habitaciones del hotel tienen camas con colchones firmes, que permiten dormir bien. Te ponen almohadas adicionales.
El desayuno tiene amplia variedad de alimentos, con algo para cada gusto.
El chequeo fue rápido y Gabrielle el recepcionista fue muy amable y eficiente. Solo dos cosas deben mejorar: ajustar la temperatura de la calefacción, que estaba muy alta (tuvimos que mantener abierta la ventana para atemperarla un poco) y reparar el otro elevador, ya que solo hay uno funcionando.