La Maison d'Anne-Do es el domicilio de la propietaria, Anne-Do, que dedica parte de la casa a alquilar habitaciones. Muy atenta y amable, siempre intenta que disfrutes de la estancia. Ibamos con una niña pequeña e incluso se preocupó de que tuviera un juego con el que jugar. En cuanto a servicios, nada que envidiar a cualquier hotel. La habitación era espaciosa y limpia, con nevera con agua embotellada de cortesía. Baño también espacioso y limpio. Desayuno incluido en el precio, no buffet pero muy correcto en cuanto a cantidad y calidad. La zona común del comedor muy bonita y agradable.
Sin duda, si volvemos a Mirepoix, repetiríamos.