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Para el menú de comida y bebida hay un código QR con los precios, pero cuando ordenas la comida te dicen que esos no son los precios reales, que los precios han aumentado…
Hay que tener en cuenta que ellos alquilan por el día el espacio de la playa a barcos turísticos cargados de personas.
Además las ventanas de los cuartos no son herméticas ya que son muy antiguas (estilo persiana individual), se escucha todo lo que la gente habla de otras habitaciones y cuando caminan entre las mismas y en la descripción dice que hacen el cuarto todos los días y cuando llegamos dicen que solo lo hacen cada dos días, de haber sabido esto no nos alojábamos ahí.
Le vendría bien una remodelación en general a las instalaciones

Victor
Viaje en familia de 2 noches