Las 10 mejores cosas que hacer en el condado de Durham

El castillo de Durham, que se convirtió en la Universidad de Durham en 1837, es sin lugar a dudas el monumento más importante de este condado del Reino Unido. Se trata de uno de los mejores ejemplos de la arquitectura normanda que hay en Inglaterra. Para explorar sus terrenos, puedes apuntarte a alguna de las visitas guiadas que se organizan a lo largo del día en horas determinadas.

La visita al castillo dura unos 45 minutos y te permitirá ver las escaleras negras del siglo XVII, con intrincados grabados, y el enorme salón del siglo XIV que inspiró el Gran Comedor de Hogwarts. Además, debajo de todo hay una capilla subterránea. Si quieres, puedes pasar la noche en esta fortaleza histórica. ¿Quién sabe? Quizás te topes con alguno de los fantasmas que dicen que la habitan…

La catedral de Durham, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es lugar destacado en la ciudad. Seguro que te suenan sus antiguos claustros, ya que aparecen en las dos primeras películas de Harry Potter: en concreto, en la escena en la que Harry suelta a Hedwig en La Piedra Filosofal y en la escena de las babosas de La Cámara Secreta. En la exposición Open Treasures podrás ver objetos antiguos.

También puedes subir los 325 empinados escalones que te llevan hasta lo alto de la torre, desde donde disfrutarás de impresionantes vistas de Durham. La catedral de Durham se encuentra a dos minutos a pie del emblemático castillo de Durham.

El museo al aire libre de Beamish refleja la vida en el noreste de Inglaterra desde principios del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. También conocido como Living Museum of the North, lo que vendría a ser "el museo viviente del norte", recrea cómo era la vida en aquel entonces y ofrece una experiencia totalmente inmersiva a los visitantes.

A diferencia de los museos habituales, las exposiciones no se encuentran protegidas por un cristal. De hecho, no solo puedes acercarte a los artefactos, sino que también puedes tocarlos. Retrocede en el tiempo y pasea por sus pueblecitos del siglo XX, súbete en el tren de vapor y prueba los platos tradicionales cocinados con fogones de carbón.

Killhope, también conocido como el Museo de la Minería del Plomo del Norte de Inglaterra, es un museo industrial ubicado cerca de la localidad de Cowshill, en Durham. Descubre cómo vivían las familias mineras de la zona norte de los Peninos, así como la fascinante historia de la minería del plomo de Durham, mediante visitas subterráneas guiadas y actividades prácticas.

Aunque es famoso por su rueda hidráulica, que aún sigue en funcionamiento, el museo también alberga fascinantes instalaciones artísticas. Además, puedes alojarte en una yurta y recorrer pintorescos senderos por el bosque.

Da un paseo por la impresionante Durham Heritage Coast y descubre el patrimonio natural de Durham. Aquí encontrarás senderos por escarpados acantilados y valles arbolados que datan de la última Edad de Hielo.

Aunque quizás lo más fascinante de toda la costa de Durham sea descubrir la resiliencia de la propia naturaleza. Debido al declive de la minería de carbón en la zona, la vida marina está resurgiendo y demostrando que la naturaleza siempre encuentra una manera de recuperarse si le damos la oportunidad. Da igual el sendero que escojas: en todos los casos acabarás en algún pueblecito costero con alguna historia especial que descubrir.

Durham Dales es un apacible espacio natural con ondulantes colinas, páramos abiertos y serpenteantes ríos. Abarca pueblecitos comerciales históricos y cabañas vacacionales que merece la pena explorar. También hay numerosas actividades al aire libre para los adictos a la adrenalina, como escalada en roca, excursiones por gargantas, y paseos en canoa o en kayak.

Cerca de la campiña de Upper Teesdale se encuentra High Force, una impresionante cascada con una caída ininterrumpida de 21 metros. La cascada se encuentra a solo una hora en coche de Durham.

El castillo de Auckland es uno de los palacios episcopales mejor preservados de Europa. La estructura neogótica se convirtió en la residencia oficial de los obispos de Durham en 1832, de modo que sustituyó al castillo de Durham.

En los terrenos del castillo hay un parque de ciervos medieval con una casa del siglo XVIII, así como un apacible jardín vallado construido en el siglo XVII, ideal para pasear. El castillo también rebosa arte e historia entre sus muros, ya que alberga galerías como la Galería de arte minero y la Galería española.

El castillo de Raby es una fortaleza medieval ubicada en Staindrop que cuenta con altísimas torres rodeadas de un parque de ciervos de unas 80 hectáreas. También alberga una espectacular colección de obras de arte, muebles, tejidos y carruajes, tanto ingleses como del resto de Europa, algunos incluso del siglo XVII.

Algunas de las atracciones más interesantes que se pueden encontrar en el interior de la fortaleza son la cocina medieval y el salón del servicio. También merece la pena explorar la maravillosa estancia octogonal conocida como "Barons Hall", donde varios caballeros conspiraron contra Isabel I.

El Museo Bowes alberga una impresionante colección de obras de arte, incluido el cuadro Las lágrimas de San Pedro, del Greco. Aunque quizás el mayor punto de interés sea el autómata mecánico del siglo XVIII conocido como "The Silver Swan", es decir, "el cisne plateado".

El museo también cuenta con una galería permanente de ropa y tejidos que muestra cómo ha ido evolucionando la alta costura de una manera muy visual. También hay modernas exposiciones que ofrecen una vista de 360 grados de las prendas y accesorios de hace siglos. El Museo Bowes ofrece muchos juegos interactivos, talleres, parques y jardines que atraen a los jóvenes de cuerpo y espíritu.

Ivesley Equestrian, regentado por una familia, es un centro que ofrece alojamiento y se encuentra en Waterhouses, a unos 23 kilómetros al oeste del centro de Durham. Alberga una caballeriza con aprobación del BHS, una pista de campo a través, un circuito al aire libre y otras instalaciones que se pueden alquilar, ya sea para entrenar o por mera diversión.

Con independencia de tu afición al mundo ecuestre, puedes alojarte en su casa de campo típica inglesa, que funciona como bed and breakfast. Las vistas de la campiña, con los caballos campando a sus anchas por los campos, son realmente idílicas.