Hotel muy mono, nuevo, bonita decoración, piscina pequeña pero muy agradable, zona lounge con vistas, situado a 500m. de la playa. Ideal para descansar, sobre todo en temporada media/baja.
Precisamente por eso no es lógico que con el hotel medio vacío nos dieran una habitación justo en frente (20m.) de un pequeño chalet en obras, con martilleo contínuo desde las 8 de la mañana. Y esto después de reservar una doble superior, algo más cara que la habitación normal. Desde luego no había habitación más cercana a la obra...
A la mañana siguiente, tras protestar (¿acaso se creían que no lo haríamos, con el hotel medio vacio?) en efecto se ofrecieron a cambiarnos de habitación, pero de nuevo estamos ante otro hotel donde "el que no llora no mama..."
Adicionalmente, a pesar de lo ofertado, la wifi no funcionaba en las habitaciones, y muy lentamente en la recepción. Ante esto de nuevo escusas ("...las tormentas...")