8/10
El hotel está ubicado donde termina el pueblo de Vila Abrao, al final de un pasaje donde ya es selva prácticamente, nos costó un poco llegar con las maletas y bolsos, pero la experiencia en el hotel fue muy buena desde la llegada a la partida, la encargada es muy amable y dedicada, vela porque te encuentres cómodo y a gusto en todo momento, los desayunos que prepara Jules son magníficos con fruta y repostería casera y da un café o té en la tarde nuevamente con algo de repostería, la habitación era cómoda y amplia, la wifi funciona más o menos, pero lo que se busca al estar en Ilha Grande es justamente estar tranquilo y desconectar. Recomendaría este hotel sin dudarlo
Paula
Viaje en familia de 2 noches