La experiencia en general fue muy muy buena! El restaurante muy bueno, con una carta variada, platos muy ricos y abundantes y a precios accesibles. El salón de estar y zona de bar son muy agradables, para pasar la tardecita con hermosas vistas al cerro Penitentes. Las habitaciones son sencillas pero amplias y luminosas. Nosotros éramos 4 y nos tocó una habitación enorme. Los baños son antiguos, pero todo impecable en cuanto a limpieza. Nos hay que dejarse engañar por el aspecto exterior del hotel, que parece abandonado, adentro todo es mucho mejor, especialmente las áreas comunes. Para destacar: La atención del personal, es realmente excelente! Fuimos esperando esquiar y pese a que no había nada de nieve descubrimos muchos paseos para hacer por la zona. Altamente recomendable!