Todo el personal malísimo. Eduardo y Lydia son maravillosos. También desayunamos como reyes, maravilloso para después ir de senderismo por los alrededores, que son espectaculares. Y comí la primera calentada de mi vida: que fue riquísima, con una salsa muy muy conseguida, y tuvimos una fotos impagables. Cuando volvamos a Riaño repetiremos en el Tenis sin ninguna duda.