Es un buen hotel construido en un antiguo monasterio, todo estaba muy bien, el único pero que le pongo es que la habitación tenía escasez de luz natural, tanto la recepcionista como las trabajadoras del hotel fueron muy amables y me facilitaron bastante las cosas.
Tienen servicio de comedor, 16€ el menú del día con bebida incluido. Para desayunar hay sitios en el pueblo muy cerca del hotel donde se puede desayunar estupendamente, eso sí, a diario te las vas a ver y a desear para poder cenar algo por la zona.