La cama es incómoda con ganas, la señal del wifi malísima, el baño microscópico y la ducha fija, no hay manera de cogerla y lavarse cómo a uno le gustaría. También hay que tener en cuenta que a la última planta no llega el ascensor. Como ventajas están la ubicación, en pleno centro de la ciudad y cerca de todo, y la amabilidad del personal. Lo escogí porque era lo único asequible, y con diferencia, en toda el Área Metropolitana de Barcelona, y eso que no estamos en temporada alta.