Ubicación, atención del restaurante y limpieza de las habitaciones y áreas comunes fueron buenas, sin embargo la pared de mi habitación era de drywall y no permitía descansar bien porque se escuchaba las voces y pasos de las personas de los cuartos vecinos. Además, como las 7 am realizan el mantenimiento de la piscina, y el sonido del motor no es agradable para continuar descansando. El baño de la habitación estándar era muy pequeño, sin ventilación, sin accesorios (no había donde colocar el jabón en la ducha) y la puerta de la ducha era deficiente. Cabe rescatar la amable atención de la Srta. Astrid (turno: noche) por tratar de darnos solución por la pérdida de una toalla personal y un jabón. Sin embargo, cuando realizamos el check out (en la mañana), encontraron la toalla pero no el jabón, y la atención de la que creemos era la administradora (uniforme diferente a la recepcionista que estaba a su lado) fue bastante inapropiada porque en ese momento comenzó decir en voz alta el nombre de la persona que limpió ese cuarto para descontarle de su pago por la pérdida del jabón, consideramos que esas situaciones no debemos enterarnos los huéspedes, ya que es un manejo interno del hotel como dan solución a un problema. Finalmente, tuve que insistir que me dieran mi comprobante de pago por la estadía, ya que en un principio me dieron argumentos injustificables.