El hotel está precioso, la vista, el clima son estupendos, así como la ciudad. La habitación muy amplia y muy cómoda, con muebles amplios y suficientes, toda bien iluminada y con ventanas que abren. El baño con doble lavabo, tina con hidromasaje y regadera por separado, también muy iluminado y ventana que abre. La ropa de cama y de baño están perfectas, incluyendo la ropa para el sofá cama.
La habitación que nos tocó tiene doble acceso directo a la alberca, pero también a la terraza y al jardín de cactus del otro lado. Del servicio de restaurante solamente probamos lo básico de café y pan tostado, pues comimos fuera, pero todo bien.
La única petición es que el acceso está un poco complicado porque no hay letreros, solo uno muy pequeño y nada más en un sentido de la carretera San Miguel de Allende a Dolores Hidalgo. Así también el acceso al camino de hotel es una calle en mal estado y cuando llueve debe estar en malas condiciones. Al entrar al camino empedrado del propio hotel ya está en excelentes condiciones.