El hotel es pequeño pero acogedor. Está en un edificio del siglo XIX, información que muy amablemente nos indicó la persona de recepción.
La habitación pequeñita pero acogedora y sobre todo muy limpia. La habitación donde se desayunaba era muy pequeña, pero siempre con personal tan amable que la experiencia era fantástica.
Toda persona que nos hemos cruzado durante nuestra estancia en el hotel, nos ha hecho pasar un momento agradable. Sin duda, hotel recomendable. Para mí, un diez.