Precioso lugar, muy cercas de todo. La habitación que tocó muy amplia, cama súper cómoda y el balcón es ideal para beber un café porque es tan bonito el jardín y la vista. El desayuno es muy básico y poco variado, pero es rico. Solo le recomendaría al dueño que sonría más, tiene una actitud media seca, muy cortante; se percibe muy arrogante, como sin ganas de ayudarte. De ahí en más todo muy y súper bonito lugar y recomendado.