Es justo lo que buscaba, un lugar tranquilo para desconectar de la rutina, lejos del bullicio fiestero nocturno y cerca de una de las mejores playas que he conocido hasta ahora. El camino para llegar a ella me enamoró, es jungla en estado puro, y en 5 minutos o menos aparece el mar. Se come bien, tiene una piscina muy cuidada, que no es lo habitual en este rango de precios, y el personal es muy amable y agradable. Y tienen café expreso!! Hay wifi en todas partes, tanto en las habitaciones como en las zonas comunes, aunque no es de alta velocidad, pero eso es así en toda la isla, según pude comprobar en diferentes lugares de la zona. Me llevo un recuerdo inolvidable de Emily, Evelyn, Ana y, en general, de todos los que hicieron que mi semana de desconexión fuera perfecta. Muchas gracias a todos ellos!!