El hostal es antiguo pero acogedor, todo estaba limpio.
La propietaria, una señora mayor, fue encantadora y amable.
Estuvimos muy a gusto.
Lo único que nos encontramos 2 cucarachas, una en la escalera y otra en la habitación. Y que el patio con flores tan bonito que tenían, estaba un poco abandonado.
Pero en lo que respecta a la estancia, estuvimos muy bien.