El sitio muy bien ubicado y la recepcion muy bonita.
Por lo demas, bastante rudimentario incluso para un hostal: unas sabanas muy dificiles de poner, algunos nórdicos demasiado finos. Alguna noche pasamos frio. La cocina tenia lo justo, la nevera muy pequeña. El desayuno estaba incluido, pero durante nuestra estancia se acabó el café y las servilletas. Había que poner la vajilla sucia en el lavavajillas, pero este no se ponía en marcha todos los dias ni se vaciaba regularmente la basura.
El dueño majo, pero apenas aparecía y nos hubiese gustado que nos diese mas información turística.
De todas maneras hay que decir que estuvimos muy a gusto, que nos dejaron toallas pese a que estas eran de alquiler y que en la quinta planta habia una sala de estar y un balcón muy agradables que supusieron un gran plus para nosotros.