Todo correcto - habitación, limpieza, personal muy amable, y aunque en el centro de la ciudad, muy silencioso. Tiene un restaurante vegano dentro con comida muy buena y sabrosa. El hotel tiene aire pero el restaurante, aunque lo tiene por alguna razón no lo pone, pero eso es normal en Praga por lo visto, los aires acondicionados no son muy frecuentes en los restaurantes porque normalmente no son necesarios y este verano ha sido especialmente caluroso.
En cuanto al hotel, todo correcto. He tenido un par de cosas que he pedido en la recepción respecto a la habitación, lo han hecho el mismo dia. Un detalle que me gusta mucho es el hervidor en la habitación para hacerse el café por la mañana. También hay una nevera pequeña lo que se agradece especialmente en verano. Estancia agradable y tranquila.
Volveré seguro.