Es un bonito edificio pequeño de más de cien años de antigüedad, según nos contó Mari, la recepcionista que por cierto, amablemente fue por nosotros a la estación del tren. El ryokan es bonito y la experiencia de dormir a la antigua usanza es interesante desde que llegas y te reciben con una taza de té verde (no me agradó mucho el tema del baño compartido, pero la gente en Japón es muy limpia, así que no fue problemático) Yo contraté con el lugar porque en Expedia me aprecio cuando en el buscador puse Hakone, cosa muy falsa, porque está retiradisimo de ahí. Sin embargo, vale la pena porque la ciudad es pequeña y apacible; el ryokan a unos pasos de la estación, desde donde compras un boleto de bus para uno o dos días y con eso te mueves a Hakone y desde luego, a la excursión al Fuji. Felicidades porque quedo contento por el hospedaje.