Cumplió con las espectativas. El hotel está en una de las calles más tranquilas cerca de Thamel, ideal para conocer este barrio tradicional de Kathmandu, pero alejado del bullicio. Las habitaciones interiores son un poco oscuras, pero limpias y correctas; baños modernos, ducha caliente 24h, caja de seguridad, etc. El personal muy amable y dispuesto a ayudar en todo, desayuno buffet más que correcto. Perfecto y cómodo para el viajero en solitario o en pareja. Se agradece mucho el servicio de recogida en el aeropuerto.