Hotel sencillo, moderno y limpio. Nos pareció más un Hotel de paso, para una noche, que para estar varios días. El mayor inconveniente es que la habitación es muy pequeña, casi no hay sitio para dejar las maletas y la ropa. Por lo demás bien, es muy moderno y funcional, la cama estupenda. La wi-fi regular.
No hay cafetería, un par de máquinas de bebidas y chocolatinas, pero en el mismo edificio hay una cafetería-pastelería-panadería, excelente para desayunar.
Situado algo alejado del centro, en una zona muy abierta, donde a partir de las 8 de la tarde no hay vida.
Muy bien comunicado, a cien metros de una estación de metro. Hay un Lidl justo al lado.