Es un hotel muy céntrico, cerca de los metros Higashi-Ginza y Ginza Station, al lado del fish market y rodeado de restaurantes y sitios para tomar algo. Es bastante nuevo, las habitaciones aún siendo muy pequeñas (algo habitual en Japón) son cómodas y muy limpias. Nos dio la sensación de ser los únicos turistas occidentales en el hotel: en recepción apenas hablan inglés, todos los carteles y papeles están exclusivamente en japonés (incluso el cartel de la fachada no pone nada de HOTEL ni VIA INN, tuvimos que mirar la foto de Expedia para saber si ese era el sitio) y el desayuno, que es gratis, también es de menú japonés: albóndigas japonesas, tortilla japonesa, judías dulces, té verde... Fue una estancia agradable y práctica por su ubicación y limpieza, pero nos extrañó que no estuviera más preparado para recibir turistas occidentales.