El lugar posee una ubicación inmejorable, es muy cómodo.Unai, el anfitrión, y quien lo acompaña son muy pero muy amables y cordiales.A la pensión se accede por escaleras( este puede ser un obstáculo), en mi caso Unai me ayudó y subió la maleta por mí, cuando me fui la bajé yo( sólo estaba un señor de seguridad porque era muy temprano).Todos los días me dejaban 2 botellitas de agua pequeñas y se podía tomar té o café si uno lo quería( esto está en la recepción) y hay dentro de la habitación tazas y capsulas para el café.Mis dudas siempre fueron orientadas y aclaradas.Por las noches hubo algunos ruidos externos al hotel porque está en el Casco antiguo, frente al mercado la Bretcha. Unai tiene una pizarra en la que escribe con marcadores y una letra increíble referencias al tiempo, a la marea, sugerencias para comer. ¡Volvería a la pensión sin dudas!Estoy conforme y muy agradecida.Hice desde San Sebastian pueblecitos del país vasco francés y fui a Bilbao.Me encantó.Mi estancia fue de 5 días.