La habitación es muy cómoda y amplia, además bastante silenciosa. El buffet de desayuno y cena bastante completo, aunque algunas de las cosas nos resultaron bastante insípidas. Para nosotros eso no es un problema ya que lo que más nos gusta es la verdura, ensaladas y productos frescos a la plancha, así que en ese aspecto perfecto, pues los productos son de calidad.
Del entorno, lo que merece la pena es la playa de Falesia, a la que no tiene buen acceso, pues hay que pasar por un largo trozo de piedras, o dar un rodeo muy grande para llegar a ella. Esto puede ser un problema para personas con problemas de movilidad. El pueblo en sí no tiene nada de interés.
Tienen un bar con un piano y me llevé una grata sorpresa viendo por la mañana había un pianista tocando, pensé que estaba contratado por el hotel, pero no, era un huésped, al que por cierto le pusieron la música de ambiente y por tanto tuvo que dejar de tocar. Una lástima, ya que era muy agradable escuchar ese piano en directo.