Las habitaciones lindas, limpias y confortables, salvo que pasamos frío durante las noches porque no había frazadas, mantas o colchas. Cuando pedimos, consultaron con lavandería y la respuesta fue "solo hay sábanas". A las mañana siguiente lo comentamos en recepción y la chica respondió a la defensiva poco empática. (El resto del personal súper amable)
Otro problema fue que la primer noche nos despertaron de madrugada dos veces: una para preguntar si el auto que tenían las luces encendidas era el nuestro (no lo era) y luego estruendos en la puerta de la habitación contigua golpeando para entrar (3:30am). Esto sucedió las dos noches. Nos explicaron que como funciona un casino en el mismo lugar, los que vuelven a dormir luego del casino, le piden a quien prefirió quedarse durmiendo, que les abran la puerta de la habitación.
El desayuno era casi el doble de precio de lo que nos dijeron al principio.
El entorno del hotel es en un barrio espantoso y caótico. No volveremos jamás. Ojalá esto le sirva a alguien a no cometer el mismo error que nosotros.