El personal del hotel se preocupó en todo momento de ayudarnos. Siempre que volvíamos de pasar el día fuera, la habitación estaba limpia, con la cama hecha y toallas nuevas. El único inconveniente que le encuentro son las escaleras sin ascensor; a mi novio y a mí nos alojaron en la quinta planta (unas vistas muy chulas, ya que estamos) y temíamos el momento de enfrentarnos a esas escaleras de caracol tan estrechas, sobre todo cuando llegamos y nos fuimos con las maletas. Aun y todo, merece muchísimo la pena. Está muy bien situado (tiene la línea 9 justo al salir y la línea 1 a unos 5 metros andando; ¡POR CIERTO! Si alguien se encuentra con la huelga de transporte, id directamente a la línea 1 porque es automática y, junto con la 14, son las únicas que funcionan). En definitiva, relación calidad-precio sobresaliente.