El hotel se encuentra en un lugar tranquilo, así que hay poco ruido. La cama muy cómoda, la ducha caliente y con buena presión. La habitación está limpia y es luminosa. Sobria, pero con todo lo necesario, y decorada con gusto. Los muebles son de madera maciza. La dueña es encantadora y está dispuestísima a ayudarnos para cualquier cosa, o para invitarnos a un café.