Nos habían recomendado este hotel y unas habitaciones en concreto, las que reservamos, con bañera de hidromasaje, según las fotos de la app. Al llegar la sorpresa fue inmensa, ya que no tenía nada que ver con lo que en realidad habíamos contratado: la distribución de la habitación es totalmente diferente e incomodísima, la ducha da al sofa de la entrada y a la puerta de salida, al igual que el cuarto del inodoro, el sofa y el mobiliario están rotos, la bañera de hidromasaje está en un rincón, sin iluminación.
La habitación, en teoría de las más exclusivas del hotel, está en el primer piso, justo encima de la piscina, donde los otros clientes, borrachos y muy ruidosos, nos amargaron el fin de semana de desconexión, además de hacer muy incómodo el tener que pasar por al lado suyo, ya que acababan diciéndote algo siempre.
En cuanto al todo incluido que contratamos también, de broma, nos dicen que hay un snack en la zona del bar, que van reponiendo, para nuestra sorpresa, consistía en cuatro rebanadas de pan bimbo, y lonchas de jamón y queso. Cuando por fin conseguimos que nos atiendan en el bar, ya que para un cliente más que tenía, hablaban de sus vidas, pedimos cocktails de piña colada y, delante nuestra, observándole, nos pone tres gotas de alcohol, y el vaso entero de zumo.
La piscina pequeña con muy pocas hamacas, o bajabas pronto y plantabas la toalla, o no podías disfrutarla.
En resumen, una experiencia horrible y un hotel al que ni volveremos ni recomendaremos.