La casa está muy bonita, en una ubicación privilegiada, en medio del bosque, y con acceso a salir a pasear, muy cerca del lago. Harry y Carol son unos magníficos anfitriones, muy cálidos, atentos, y que nos hicieron sentir como parte de su familia.
La habitación muy cómoda, con amenidades agradables y linda decoración. Tienen unas bicicletas en excelente estado, para uso de los huéspedes, que nos permitieron salir a conocer los alrededores.
Harry nos dio recomendaciones muy útiles de donde ir a conocer, cenar, y pasear en la bicicleta. Carol nos consintió con un inolvidable desayuno, que estuvo delicioso. Sin duda, un extraordinario lugar, para ir en pareja y conocer las bellezas que ofrecen los bosques de Ontario.