En primer lugar señalar la amabilidad de los dueños. El alojamiento se encuentra en un edificio de viviendas muy tranquilo aparte del hotel, al lado de la plaza. La habitación , tipo apartamento estudio, parecía nueva y estaba muy limpia. Camas cómodas. Baño amplio con muy buena ducha aunque sin gel. Muy buena relación calidad-precio. El desayuno, 7,00 euros, muy flojo y servido en una habitación bastante triste.