La habitación era bastante amplia, con una cama queen y otra individual. La limpieza muy bien, tanto la habitación, el baño, la ropa de cama, una mesa interna; todo bien limpio, e igualmente se realizó la limpieza de la habitación.
En el baño solo jabón, nada de shampoo.
Se disponía de un pequeño refrigerador y cafetera, azúcar y café.
Al baño le faltaba ventilación e iluminación natural ya que no tenía ninguna ventana hacia el exterior.
La vista desde la habitación hacia el lago Arenal, genial. Esta habitación estaba también frente a la piscina, lo que hacía más agradable la vista. La vista al Volcán Arenal no era directa debido a algunos árboles.
Esta habitación tenía la particularidad de tener una puerta clausurada hacia un área de trabajadores del hotel, por lo que la bulla ingresaba a la habitación.
La atención en el restaurante (pequeño pero suficiente para el hotel) muy buena, con mucha amabilidad.
El jacuzzi es por hora programada, y una pareja se me adelantó (al parecer no sabían que era con reserva), pero muy amablemente en el hotel les explicaron, y se retiraron.
Alrededor del hotel todo muy tranquilo, sin bulla de otros sitios. El ambiente de montaña genial, fresco, con el sonido de algunos animales. Volvería.