El hotel es agradable, lla piscina y as instalaciones,muy bien; el desayuno increible con un buen cappucino, difícil de encontrar en la zona; la limpieza un poco justa en el día a día. Aprovechaban para hacer la habitación cuando ibas a almorzar y simplemente estiraban las sábadnas y cambiaban toallas. Poco más.
El servicio instaurado no nos gustó en algunos aspectos, en su normartiva. Por ejemplo, pedimos un albornoz más grande ya que con los que daban a mi pareja le iba pequeño y primero dijeron que no habían y cuando dijimos que habíamos visto unos grises más grandes nos dijeron que sí, pero que eran para los de la planta 18 que eran las suites. Tuvimos que encararnos un poco para que nos dieran un albornoz más grande. Si entra una persona de la planta 18 en el ascensor, todos teniamos que subir a esa planta y luego bajar. Son normativas muy clasistas a las cuales no estamos acostumbrados y creo que un hotel internacional como One Farrer Hotel debería adaptarse en un mejor servicio a todos los clientes. Gracias