El hotel está muy limpio, el servicio y la atención del personal son buenos para el estándar alemán, y la ubicación es en pleno centro, pero las instalaciones están viejitas. Le da un aire señorial, pero el edificio pide una reformita... nuestra habitación estaba arriba, muy amplia, pero aún se notaba que en su día fue de fumadores, y por la noche la carpintería de las ventanas dejaba pasar demasiado frío.